Tanto cariño, tanto amor fiel nunca había conocido…
si, es cierto desde pequeña había querido tener uno, pero por tiempo, espacio y dinero nunca lo había tenido… y así pase toda mi niñez y mi adolescencia queriendo tener como mascota a un perrito…
Cada vez que iba a comprar, en la mañana al ir a la escuela o simplemente al salir a la calle me daba cuenta que necesitaba aquella tierna y hermosa presencia, un cariño tan absoluto sin conocerme y… sin nada que pedir…
Pasaron los años y digo ya demasiados, cuando al cambio de casa a los dos meses de instalarnos allí
sin saber un nuevo habitante en el hogar yo recibí, era una experiencia totalmente nueva para mi y muy contenta entre mis manos lo recibí,, tan pequeñito, tan dulce, tan tierno y tan inocente que simplemente el amor nació para el muy dentro de mi. Y digo fue una experiencia nueva y creo que no solo para mi, me di cuenta que era el pequeño niño juguetón que entraba y salía de la casa sin decir,
que mordía las plantas y dejaba cualquier cosa que tomara tirada por ahí, pero… me hacia muy feliz…me sacaba de mi silencio y de mi soledad sin decir… mi abuela lo amaba y él la defendía en cualquier situación y siempre en las tardes se sentaba junto a ella en el patio para juntos dormir la siesta.
Yo por las tardes llegaba y jugaba todo el tiempo con el, y me sentaba en la mesa del patio a escribir y el siempre cerca de mi… Más fidelidad y amor infinito jamás conocí…
A mi madre al principio no le gustaba mucho pero al final el se adapto a nosotros y nosotros nos adaptamos a el… hoy ya tiene 9 años con nosotros y a todos nos hace muy feliz, mi madre por las mañanas siempre lo saluda , le deja la comida y luego se despide de el, yo me levanto y el cada mañana ahí esta, siempre los buenos días dándome con un cariñoso languetazo o simplemente acercándose para acariciarlo y hablar con el, por las noches llega mi madre del trabajo y el la recibe con un ladrido tan particular que ya sabemos quien a llegado si es de la familia o quien esta frente al portón de la casa acercándose
Lo amamos todos no hay duda ya es parte de nuestra familia y de nuestro propio ser…
Compañero incondicional e incomparable al cual hay mucho que agradecer…
Autor : Maria Liberona
Nosotros les damos cariño y ellos, hasta nos marcan momento a momento el cada día.
ResponderEliminarUn tesoro inapreciable, eso pienso que son perros como el tuyo.
Besos
Un lametón!!!, puagggggggggggg, resulta que un chucho se os mete en casa y lo adoptáis así, sin más, digo yo que porqué no adoptáis un niño maltratado, una anciana mendiga o yo que se!!!, que manía de tener bichos en casa, jejejeje, glups, no me mires con esa cara, aggggggggg, me voy corriendo antes de que me des de capones, jajajaja, miles de besosssssssssssss
ResponderEliminarNunca tuve mascota y la verdad es que soy bastante aprensiva pero reconozco que el cariño sin límites que puede transmitir un animal puede llegar a ser tan inigualable como intransferible la emoción de experimentarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un perro quiere y se hace querer, lo demuestras en tu relato. Y como su amor es libre, puro.
ResponderEliminarUn beso, María.
Una historia de cariño mutuo, durante mucho tiempo deseado y que, cuando apareció en vuestra vida os llenó de satisfacción.
ResponderEliminarUn abrazo.
El amor es reciproco. Cuando un animalito te mira es diicil olvidarlo. A mi perrita Popy la escogí por su manera de mirarame y su cupo gordito...jajaja.
ResponderEliminarBesitos María