No sabía si era realmente yo, o alguien que quería
duplicarme
era parecido a mí, con los mismos gestos, con el mismo andar
pausado y elegante
el mismo color de cabello, los mismos ojos, los mismos
labios, hasta el mismo porte
y… delante de mi andaba cruzándose…
no sabia si era realmente yo o alguien que quería duplicarme
pero le hacia falta algo…quizás un pequeño detalle…
y andaba igual que yo, por las mismas calles
y la gente de alrededor se confundía, y me miraba entre
murmullos y voces
yo me sentía un poco extraño…
pero la gente que realmente me conocía,con solo mirarme
sabia aquel pequeño gran detalle…
sabia aquel pequeño gran detalle…
Autor : Maria Liberona
Ni los gemelos son exactos, y ese pequeño detale...nos hace imposibles de replicar, he ahí la gracia, el quid de cada cual.
ResponderEliminarUn relato factible, posible pero muy inquietante, esa sensación de espejo hasta en los andares. Besitos María.
jjejeje...hay que saber mirar!...los pequeños detalles suelen ahecr las grandes diferencias!
ResponderEliminarMuy buen giro le has dado al tema de este jueves!
=)
Inquietante y misteriosa miel has derramado hoy en tus letras.
ResponderEliminarUn tono diferente, me parece, y me ha gustado también.
cariños jueveros.
Siempre nos quedará ese pequeño matiz único imposible de replicar y de clonar y que nos hace humanos.
ResponderEliminarBesos
Yo también creo que la propia personalidad, esos pequeños detalles que nos hace diferentes y únicos, son imposibles de clonar.
ResponderEliminarMuy bueno, breve y curioso.
Un abrazo
Ese quedar colgando de la intriga, surte efecto! No cabe dudas, ya que la imaginación dispara con facilidad. Qué será?
ResponderEliminarCada cual apelará a alguna suposición que intente dilucidar la cuestión, mas solo quien protagoniza el relato es dueño de ese detalle que lo hace único e irrepetible.
Besos al vuelo:
Gaby*
ya ya mucho decir que no sabías si... que seguías sin saber que...pero el caso es que yo no me sé ese detalle...cuál es ese maldito detalle, maría de las libertades?
ResponderEliminarpor que quedarme así, in albis es como...maría de las libertadessss..¿me lo contarás algún día? que soy muy fisgón..jaaja
medio beso.
Uy me dejaste con la intriga de saber cuál es ese detalle. Pero eso es justamente lo que más me gustó.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, claro que nadie que nos conozca bien puede confundirnos con un replicante, ¿verdad?
ResponderEliminarBesos, María.
A ver ¿que detalle? nos dejas curiosos, curiosos. Quien nos conoce bien poco necesita para distinguirnos en la distancia.
ResponderEliminarBueno Maria.
Un abrazo.
Ese detalle que nos distingue siempre y gracias al cual el imposible que cofundamos a aquellos que nos conocen bien. Ese rasgo distintivo, esa elemento diferenciador, esa cualidad única que nos hace únicos e irrepetibles.
ResponderEliminarUn abrazo, María.
doy las gracias a todos los amigos que me han leído y dejado su comentario muy agradada y agradecida de verdad y también les pido las disculpas del caso ya que no he tenido tiempo para poder leerlos con calma, la verdad es que he tenido muchas cosas que hacer y ahora que tengo un tiempo en el pc aprovecho de agradecer y disculparme...
ResponderEliminarBESOS Y ABRAZOS A TODOS...
Creo que las personas que nos conocen bien, saben los días que nos comportamos como replicantes, porque no me negaras que a veces parecemos copias de nosotrxs mismxs dependiendo del día. Y que me dices de las personas que nos parecen o nosotrxs les parecemos??? pues que cada persona es única e irrepetible a pesar del parecido.
ResponderEliminarUn abrazo.