Este jueves un relato "Idiomas"

Si, estábamos totalmente seguros
de que hablábamos el mismo idioma, estábamos hechos de la misma carne, pero con
distinta figura, su sonrisa era suave y sus pequeños ojos llenitos de ternura.
No, no cabía ninguna duda, que en realidad, hablábamos el mismo idioma.
Cuando de pronto la vi desde
lejos, deslumbrándome con su hermosura, como meneaba las caderas, creo que para
ella no había ninguna premura.
Si de seguro hablábamos el mismo
idioma, Arameo, Frances no importaba, ya todo en mi era una locura. Cuando sus
dulces ojos me miraron y se sonrío, que abrazarla quise, mientras ella me
hablaba dulcemente con sus ojitos llenitos de ternura, ese idioma que solo se
habla, se dice en aquel silencio cuando la mirada del alma de pronto se asoma,
con las mejillas sonrojadas en su pálida piel reflejaban tanta suavidad y
ternura.
Cuando quise acercarme a
ella en un guiño suave de mis ojos quise
decirle que… creo que no alcanzamos a decirnos nada, cuando ella simplemente me
abrazo acariciándome suavemente la espalda…
Autor: Maria Liberona